El narrador —Cierto día iba Caperucita por el bosque de... tú, ¿cómo se llamaba ese bosque? —¿Cuál?, el de... ¿el bosque de Sherwood? —No, ése era el de Robin Hood. —¿Robin Hood no era el compañero de Batman? —No, el compañero de Batman era Mandrake. —¡Si Mandrake era un mago! —¿Y qué tiene? Además era el ayudante de Batman. —... ¿Seguro? —Claro, ¿para qué te contaría mentiras, eh? ¿Quieres que siga? —Pos, sí... —El bosque quedaba en Transilvania... —Ya, no inventes, ¿Transilvania no era donde vivía el Conde Drácula? —Tienes todo mezclado. No prestas atención a lo que te cuento y se te mezcla todo. Transilvania queda en Estados Unidos... si me vas a cuestionar todo mejor me callo. —Sí, mejor. —... Pues ahora no me callo. —Te callas porque no quieres contarme el cuento, porque no lo sabes. —Claro que lo sé; ahí te va, cierta noche, Caperucita estaba cerrando su famoso restaurante... —¿¡Su famoso restaurante!? —Sí, cuando de repe
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